Nos dicen que vienen los robots, robots que voltean hamburguesas, de construcción, robots que conducen camiones e inclusive que conducen tu automóvil. ¿Qué podemos hacer los pobres humanos? ¿Quedará algún trabajo disponible para nosotros? ó ¿Será mejor que nos retiremos ahora mismo?
Un nuevo informe del Grupo de Táctico del MIT sobre el Trabajo del Futuro (Instituto de Tecnología de Massachusetts), muestra que las tecnologías evolucionan dentro de contextos sociales y económicos, y que tenemos una gran influencia sobre si sustituyen a los trabajadores o aumentan sus habilidades. Es difícil predecir el futuro, pero podemos ver en los bebés de hoy, la fuerza laboral del mañana. Estamos entrando en una era de escasez de mano de obra que estará con nosotros por mucho tiempo.
Este grupo del MIT está formado por expertos en ingeniería, economía, inteligencia artificial, antropología, ciencias cognitivas, entre otros, con el apoyo de una red de asesores de la industria y el gobierno. El informe de 2019 enmarca un conjunto de problemáticas. Sin embargo, las investigaciones en curso y las futuras publicaciones proporcionarán datos empíricos más profundos.
La historia de la tecnología muestra que la nueva maquinaria desplaza el trabajo humano. Los relés eléctricos desplazan a los operadores de ascensores, las películas con sonido incorporado desplazan a las orquestas en los teatros, y las computadoras desplazan a los ingenieros de vuelo en las cabinas de las aerolíneas.
Cuando afectan a comunidades enteras, estos desplazamientos imponen un dolor social que puede durar por generaciones. A menudo los propios trabajos desplazados apoyaban tecnologías de épocas anteriores, los operadores de ascensores se aprovechaban de subir a la gente a rascacielos, las orquestas de cine trabajaban gracias a la innovación en proyecciones cinematográficas, y los ingenieros de vuelo manejaban nuevas máquinas voladoras.
Perspectiva Histórica
La aplicación de las nuevas tecnologías crea a su vez nuevos puestos de trabajo, por ejemplo, el papel actual de los diseñadores web, los científicos de datos e inclusive los conductores de seguridad de los antiguos coches sin conductor. En el siglo pasado, estos nuevos trabajos han tendido a enfatizar más las habilidades cognitivas que las físicas, favoreciendo a aquellos con más educación.
Desde la Segunda Guerra Mundial hasta aproximadamente 1980, el informe del MIT muestra que estos desplazamientos y renovaciones aumentaron la productividad y el crecimiento salarial de la mayoría de los trabajadores en Estados Unidos. Pero durante los últimos cuarenta años, a pesar de la explosión de las nuevas tecnologías de la información, el crecimiento de la productividad ha beneficiado desproporcionadamente a la élite. El ingreso promedio ha crecido, pero el ingreso medio se ha reducido, lo que significa que gran parte de los aumentos de productividad se destinaron a los que se encuentran en la parte superior de la escala de ingresos. El empleo sigue siendo alto, por lo que el reto en la era de la robótica y la inteligencia artificial no son los puestos de trabajo, sino buenos trabajos, entonces ¿cómo garantizamos la vitalidad y la prosperidad de trabajo para todos?
Oportunidades de trabajo en un futuro tecnológico
La evidencia empírica muestra repetidamente que las tecnologías por sí solas no determinan las relaciones sociales y económicas que las rodean. Por ejemplo, las máquinas o herramienta de control numérico (que en sí mismas son las primeras formas de robots industriales), podrían desplegarse de tal manera que los maquinistas de escritorio se decantaran a favor de los gerentes de ingeniería. Pero las empresas también introdujeron la tecnología para ofrecer nuevas oportunidades a los artesanos tradicionales, aumentando sus conocimientos de metalurgia con precisión computacional. Las diferencias radican en las prácticas de gestión, la organización del flujo de trabajo, el papel de los trabajadores en el proceso y las políticas sociales que rigen el lugar de trabajo.
Los mundos emergentes de la robótica y la IA (Inteligencia Artificial), ofrecen una gran cantidad de novedades, promesas e incertidumbres. Evolucionarán en formas que no podemos predecir ni determinar. Sin embargo, podemos, e inevitablemente daremos forma a su desarrollo. ¿Qué incentivos favorecen la sustitución de los trabajadores frente a aumentarlos con nuevas tecnologías? ¿Qué problemas encuentran interesantes de resolver los investigadores e ingenieros de desarrollo? ¿A quién se imaginan los jóvenes ingenieros cuando construyen nuevas tecnologías, a los usuarios o a los empleados?
Existen numerosas maneras para dar forma no solo a la recepción de nuevas tecnologías, sino también a las tecnologías mismas. Entre ellas se incluyen las políticas fiscales, las inversiones en educación y la opinión pública.
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