viernes, 24 de enero de 2020

Walt Disney


Walt Disney, ese ícono del ingenio americano, estuvo en apuros financieros durante la mayor parte de su carrera. Probablemente pensaste que habría sido un genio de los negocios, un modelo para que otros lo estudiaran. Pero Disney era un hombre de negocios atroz, que constantemente dirigía su compañía hacia el suelo. Sin embargo, por más irónico que parezca esta misma aversión hacia las prácticas comerciales tradicionales, fue lo que convirtió a la Compañía Walt Disney en el gigante que es hoy en día.

Antes de que tuviera la edad suficiente para firmar legalmente los papeles para constituir la empresa, Disney reunió a unos cuantos amigos, recaudó algo de dinero y puso en marcha Laugh-o-Gram, un estudio en Kansas City que hacía cortos de caricaturas basados en cuentos de hadas. Pero parecía menos interesado en ganar dinero que en divertirse, y la empresa quebró rápidamente, enviando a Disney, a los 21 años de edad, a Los Ángeles para buscar trabajo en la industria cinematográfica.



Un tiempo después, Disney tendría la suerte de encontrarse con un distribuidor de Nueva York que escogió un corto que él había hecho, presentando a una chica de la vida real llamada Alice que vivía en un mundo de dibujos animados. Las cosas fueron bien durante un tiempo, incluso cuando las películas de Alice siguieron su curso y Disney tuvo que inventar un nuevo personaje de éxito, Oswald el Conejo Afortunado. Pero Disney fue financieramente imprudente y egoísta. Su distribuidor lo traicionó, contratando a sus animadores, quienes protestaban su arbitrariedad. Como el distribuidor poseía los derechos de Oswald, Disney, que entonces tenía 27 años, tuvo que empezar de nuevo desde cero.

Mickey Mouse 

Disney logró reemplazar a Oswald con un nuevo invento: Mickey Mouse, un éxito instantáneo. Pero a medida que su creatividad continuó floreciendo, su perspicacia para los negocios disminuía. Inclusive su hermano mayor, Roy O. Disney, que supervisaba las finanzas del estudio infantil, dijo que su hermano habría sido constantemente desplumado si no fuera por él. 

En el caso de Mickey Mouse, así fue. Un hombre de negocios de Nueva York llamado Pat Powers embaucó a Disney para que contratara sus servicios de sonido por una suma de dinero considerable. Para el tiempo en que Disney terminó de pagarle a Powers su enorme parte y los gastos del estudio, ya casi estaba en quiebra, a pesar de que los dibujos animados de Mickey Mouse funcionaron bien. Solo cuando Disney pudo persuadir a Columbia Pictures para que comprara los derechos de distribución de una segunda serie de dibujos animados llamada "Silly Symphonies", obtuvo un flujo de efectivo constante. Con el tiempo, Columbia también aseguró a Powers los derechos de las caricaturas de Mickey.

Disney podría haber expandido la compañía de manera constante, basándose en el éxito de Mickey Mouse. En lugar de eso, hizo una enorme y muy arriesgada apuesta por los largometrajes de animación. "Blancanieves" estuvo cuatro años en producción y costó más de 2 millones de dólares (equivalentes a 33,5 millones de dólares en la actualidad), la mayor parte de los cuales fueron prestados por el Banco de América contra los recibos de los cortos de dibujos animados. 

Pero solo el tiempo diría la realidad, y la apuesta de Disney terminó dando frutos. "Blancanieves" generó casi 7 millones de dólares (117 millones de dólares en la actualidad), la mayoría de los cuales fueron invertidos inmediatamente en un nuevo  estudio en Burbank, California, entre otras cosas.


"Bambi", lanzada en 1942, fue un caro fracaso para Disney.

Por difícil que sea imaginarlo ahora, estas nuevas películas - "Pinocho", "Fantasía" y "Bambi"- eran carísimas, y el mercado europeo disminuyó el interés público por los largometrajes de animación, principalmente por las consecuencias y el desaliento que había dejado la Segunda Guerra Mundial.

Las pérdidas fueron catastróficas: 1,5 millones de dólares solo en "Pinocho" (más de 25 millones de dólares en la actualidad). Debido a los millones de dólares en deuda que existía hacia el Bank of America, la compañía se vio de nuevo en problemas financieros, y sobrevivió a la guerra solo renunciando a la grandes animaciones, produciendo en su lugar películas de entrenamiento y propaganda para el gobierno.

Pero la supervivencia estaba en el centro de toda esta historia. Disney, que después de la crisis de Oswald insistió en que nunca cedería el control, vendió acciones a inversores y trajo un equipo de gerencia externo. Inclusive contrató a expertos en eficiencia para determinar si la animación podía ser optimizada. En los tiempos postguerra, el estudio produjo películas que el propio Disney consideraba inferiores. Y se necesitó un préstamo de emergencia de un millón de dólares a RKO el distribuidor de largometrajes de Disney, para evitar el colapso una vez más.

Disney empeoró la situación al expresar su desprecio por los métodos financieros que lo rescataron de la bancarrota, puesto que no era de las personas que se desbocan por el dinero. Inclusive su esposa Lillian, se quejó de que no entendía por qué no tenía más, después de todo, él era Walt Disney. Si no hubiera sido la fuerza creativa del estudio, o si el estudio no se hubiera identificado tan estrechamente con él, es casi seguro que lo hubieran despedido. Tanto los banqueros como su hermano le presionaron para que frenara sus ambiciones y mermara la calidad de sus películas.

Y aún así, a pesar de sus dificultades financieras, Disney se rehusó a disminuir la calidad que lo caracterizaba. Sí, las animaciones podrían perder dinero a corto plazo, pero a diferencia de muchos hombres de negocios, él jugó a largo plazo. En 1936 ya había rechazado un acuerdo de distribución porque incluía la sesión de los derechos de televisión, que quería retener. Y no mucho después, instituyó la idea de volver a transmitir los largometrajes cada cinco años, lo que a la larga le produjo beneficios prodigiosos.

La calidad también demostró ser una gran estrategia para levantar la moral. Hasta que una amarga huelga en 1941 hizo añicos el sentido de camaradería del estudio -una huelga que Disney atribuía a los instigadores comunistas- los animadores lucharon por trabajar en el estudio porque querían ser parte de la misión artística de Disney.

Disneyland 

Y aunque el capricho de Disney y la constante reinvención de su compañía volvieron loco a su hermano y a otros, también siguió revitalizando el estudio de Disney. Y en 1955, llevó a la creación de Disneylandia, un triunfo que por fin puso a la compañía en una sólida base financiera. No fue por casualidad que Disneylandia surgió de otra de las creencias de Disney: que era difícil producir grandeza desde una burocracia. Su equipo y él  diseñaron el parque como una entidad separada del estudio, WED Enterprises.

Nada de esto hubiera sido posible sin que Roy Disney entendiera que su principal trabajo era realizar los sueños de su hermano. Él era el hombre de negocios que Disney necesitaba para tratar con otros hombres de negocios. Walt Disney, en el fondo, era un artista que tiró el libro de jugadas corporativas y operaba, como suelen hacer los artistas, por inspiración. Al final, la compañía floreció precisamente porque Disney era un hombre de negocios de un tenor distinto al que el mundo corporativo estaba acostumbrado.

Fuente Original por The New York Times

0 comments:

Publicar un comentario

Contáctanos

Con gusto te atenderemos

Si desea contactarnos por favor llene las siguientes casillas y le responderemos tan pronto sea posible.


Es importante que describa con exactitud el motivo por el cual nos está contactando en la casilla ASUNTO así como una breve descripción del mismo en la casilla MENSAJE, debido a que actualmente recibimos todas las solicitudes, requerimientos especiales, denuncias y demás información por esta vía.

Horario de Atención al Público:

Lunes - Viernes desde las 9am hasta 5pm (GMT-4)